viernes, 27 de marzo de 2009

Las mujeres: una fábula moderna con 7 moralejas

¡¡¡¡Ahhh!!!! ¡¡¡¡¿¿¿Por qué es tan estresante ser mujer???!!!! ¿¿¿Por qué???
Ayer fue un día de locos (como casi todos los días en la vida de una mujer). Tuve reunión a las 11 de la mañana en un lugar al que sabía cómo llegar, pero no sabía en qué iba a ir. Al final pude resolver el asunto (un taxi me llevó, me esperó y me regresó). Sin embargo, el problema no vino ahí. Resulta que luego de pensar por cuatro horas (el día anterior), pedir consejo a OttO (y de paso ganarme una pelea por esos estúpidos celos de hombre porque no nos vean mucho) decidí que usaría como atuendo una falda negra hasta la rodilla y una blusa morada. Al día siguiente me levanto y mientras me estoy duchando me doy cuenta que oh_no! No me había depilado las piernas!!! Motivo por el cual no podía usar la bendita falta y tuve que escoger el pantalón. Bueno… después de todo, no era tan malo. Error! Ese día al sol se le ocurre brillar y sofocar y yo me derretía dentro del condenado pantalón (sol de mierda porque tienes que salir cuando se supone que estamos comenzando el otoño ¬¬ maldito calentamiento global!!).
Moraleja 1: En verano y en invierno y en todas las épocas del año depílate seguido.
Por otro lado, la reunión. Esta era para acordar la elaboración de unos brochures para la ONG en la que trabajo. Los brochures iban a ser donados, pero nosotros debíamos decidir cómo serían. Yo iba en representación, es decir, nosotros = yo. El problema fue que el día anterior tuve tanto trabajo que al final no tuve ni ganas ni tiempo para prepararme, por lo que llegue a la reunión con las manos vacías y la cabeza en blanco: sin ideas, sin preguntas, sin un punto de partida. En resumen, deje que mi interlocutor decidiera todo, y al final cuando le mostré los resultados a mi jefe me di cuenta que había sido una reverenda idiota. Había escogido un brochure muy chiquito que no iba con las expectativas de mi jefe (ni las mías) y había desaprovechado la oportunidad de algo mejor sólo porque no me preparé. Lo peor de todo fué que solo caí en la cuenta de mi grave error hasta cuando ya era demasiado tarde.
Moraleja 2: Siempre, pero siempre hay que prepararse para una reunión (aunque esta sea para escoger el color del papel higiénico del baño de visitas).
Después de todo eso, llegue a mi casa para pensar cómo solucionar el problema en el que había metido las cuatro. Luego de pensar y analizar encontré una solución, no perfecta, pero salomónica, en la que dejo contento a mi jefe y además no quedo tan mal frente a la imprenta que hará lo brochures (pero sin ante mi conciencia). Solo me falta coger el teléfono y comunicar mi idea. Aunque me da rochesito (vergüenza), así que aprovecharé esta era del internet y enviaré un correo.
Moraleja 3: Si te da roche hablar en persona, llama por teléfono, y si te da roche llamar por teléfono manda mails, pero exprésate lo más pronto posible cuando tienes que arreglar un error que cometiste.
Más tarde me llamaron para entregarme unos documentos de otro asunto que también estoy viendo y cuando fui a recogerlos me percaté de otras cosas que necesitaba para eso. Hice una lista y salió enorme. Mañana tendré harta chamba por eso.
Moraleja 4: Las listas de “cosas por hacer” siempre traen harta chamba, pero son ultra híper archi súper necesarias. Acostúmbrate a usarlas y trata de que no se conviertan en enormes.
Luego de todo mi día ajetreado salí a tomar un café con OttO (aunque al final ninguno tomó café) para contarle mis problemas, pedir consejo y compartir por un segundo mi estrés para así desestresarme un poco. Al inicio la plática con él fué más que productiva. Pero luego, él me hizo notar que tenía otros problemas que resolver (problemas que no había notado antes), es decir, más cosas para mi lista de “cosas por hacer” = mas chamba. Ergo, terminé discutiendo con él, aunque ya ni siquiera recuerdo bien porque. Parece que a él no le gustó mucho que le pasara mi estrés para compartirlo porque, al parecer, él ya tenía bastante estrés que cargar. Desastre total.
Moraleja 5: No solo tú estás estresada, él también.
Para colmo de males y para terminar de redondear mi lindo día (sarcasmo), me va a venir la regla, lo que significa que mis hormonas están más revueltas que una tortilla. Esto, por supuesto, termina de explicar porque he estado mas histérica que una gata en celo que no encuentra gato y poco más que al borde del colapso. Y encima, me muero de sueño.
Moraleja 6: Los días previos a la regla son los peores, por lo tanto toma valeriana o agüita de azahar y relájate lo más que puedas antes de que despellejes al primero que se cruce en tu camino.
Y de yapa… Moraleja 7: Si los hombres en lugar de decirnos “no jodas” se lo dijeran a nuestras hormonas y estas les hicieran caso (cosa que no creo, pero bueno…) el mundo sería más fácil. Pero como las malditas nunca escuchan, nos joden la vida y como no nos queremos joder solas, los terminamos jodiendo a ustedes (pobre hombres). Sorry…

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