Hace algún tiempo
comencé a hacer un ejercicio. Cogí un cuaderno y comencé a escribir todas las
cosas que quería hacer. Escribí todos mis planes, mis metas, mis miedos y
algunos pasos que tenía que hacer para conseguir lo que quería. El otro día
reencontré ese cuaderno y comencé a leer todo lo que había escrito, y me di
cuenta de cuánto había logrado en este tiempo.
Desde que
comencé a escribir esas hojas hasta ahora que las he vuelto a leer han pasado
unos 7 meses (asu, que rápido que se pasa el tiempo…) y muchas de las cosas que
me propuse hacer no las he hecho L. Sin embargo, si he intentado
hacerlas pero por diferentes motivos no se dieron. Algunas no dependían sólo de
mi, y los factores externos hicieron que no se den. Otras las hice con ligeras
modificaciones y otras simplemente no las hice… pero aun están dentro de mis
pendientes personales.
Debo
admitir que me sentí algo deprimida luego de darme cuenta que la mayoría de
cosas que quería hacer no las hice. Pero también debo admitir que lo tal vez lo
que necesitaba era eso… darme cuenta que fui demasiado floja para comenzar a
hacer las cosas que demandaban más esfuerzo. Así que comencé por uno de mis
pendientes más antiguos… ordenar mi cuarto. Y esta vez ya empecé!
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